Por: Cristhian Mancera Mejia


En respuesta a la visita del Presidente de la República al Caquetá, las FARC secuestraron y asesinaron (degollaron) al Gobernador de este Departamento, en un crimen atroz y cobarde.

Dicho acto es lamentable y nuestras condolencias están con la familia del mandatario regional.

Este tipo de crímenes violentos sólo confirman que las FARC son un grupo terrorista que hay perseguir y acabar al costo que sea. Colombia lleva 50 años luchando contra estos supuestos defensores del pueblo; pero claro, a nosotros se nos olvida que la justicia social de las FARC es precisamente justiciar al pueblo mismo, secuestrándolo, torturándolo, matándolo y cometiendo actos de lesa humanidad como el crimen del Gobernador Cuellar.

Debemos apoyar al gobierno y todo acto que busque acabar con estos sujetos indeseables que sólo llevan odio y resentimiento contra el pueblo colombiano y sólo entienden la ley del gatillo.

Las FARC nunca harán la paz, ya que el negocio del narcotráfico y otros como el tráfico de armas son extremadamente rentables como para dejarlos y firmar un tratado; por ende debe someterles al total y absoluto poder del Estado, ya que es la única forma de lograr la paz, ganando la guerra sin tanto verso y diálogo, lo que sólo nos ha traído 50 años de guerra sin sentido.

El Gobernador Cuellar fue secuestrado 4 veces anteriormente por el mismo grupo guerrillero, el pasado 21 de diciembre fue secuestrado por 5 vez y dos días después su cuerpo fue hallado, rodeado de explosivos, degollado. Esto es lo que las FARC denominan un acto de justicia social.

La verdad esto solo puede producir asco y Colombia no se puede permitir que existan personajes de la vida pública y política que sean sus voceros; como tampoco se puede permitir elegir dichos personajes para nuevos cargos, personajes que apoyan el actuar del guerrilla y el verso débil del Estado frente a grupos tan violentos.

Finalmente Colombia está de luto; pero sabemos que saldremos adelante, pero todos unidos contra el terror de las FARC; apoyando toda medida encaminada a terminar con este grupo y censurando a Presidentes de otros países que creen en las FARC y les dan apoyo en sus territorios.

Qué se dirá en el vecino país sobre este suceso… ¿será que se dirá que las FARC no fueron las responsables?, y una vez más se culpará a los Paramilitares, ¿o se dirá que el Gobernador merecía su destino? ¿O simplemente se guardará silencio?

Sólo podemos desear que el 2010 sigamos luchando para terminar con este grupo indeseable para los colombianos y que crímenes como los del Gobernador no queden impunes y nunca más vuelvan a suceder.

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